Cataclismo
Centroamérica tiene como uno de sus peores honores albergar al país más pobre de América: Haití. Una pequeña isla con menos habitantes que Lima y que para el colmo de todos sus males sufrió el pasado martes 12 de enero un terremoto de más de siete grados en la escala de richter y las consecuencias son mucho peores que el sismo que vivieron hace tres años – que rápido pasa el tiempo – nuestros hermanos de Ica.
Diversos medios de comunicación llegaron a las pocas horas del desastre informando las irregularidades e injusticias que se viven en esa nación tan olvidada, destruida y aún más pobre de lo que ya es. Ni siquiera el gobierno haitiano e capaz de dar apoyo y ordenar a su gente, sólo espera que EE.UU, la ONU y demás organismos internacionales sean quienes los salven de su propia desorganización.
El mundo entero poco después de la tragedia se convirtió en un mar de solidaridad con el pueblo haitiano. Desde estrellas de Hollywood hasta deportistas olvidaron diferencias y a su manera entregaron grandes cantidades de dinero. Diversas cadenas en Faceboock, twitter y por supuesto, también los bloggers pusieron su granito de arena para reconstruir Haíti. Sin embargo Haiti necesita del apoyo de su propia gente para resurgir. Necesita a un presidente que motive a su pueblo y no se esconda dentro de lo que otrora fue el palacio presidencial. Y a casi un mes del terrible suceso la situación aun no mejora. De nada servirán la teletones y las campañas televisivas si no hay apoyo entre ellos.
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