Esa es la “U”, el mejor de los equipos
El pasado domingo universitario logró una gran victoria con huevos y garra en el clásico ante alianza lima con volteada de partido en un estadio donde no cabía un alfiler. La crónica, contada por un ferviente y orate hincha crema como yo que vio el partido por televisión.
El monumental rugía, mas de 50 000 almas estaban a punto de presenciar el choque de dos colosos, tradicionales rivales en un partido que divide a este querido Perú en dos. Un partido que valía más que tres puntos, y yo – para mi lamento – tuve que ver el partido por TV ¡Cuánto desee ir! pero en fin; mientras esperaba la hora del almuerzo en mi casa, en el estadio la pelota se echaba a rodar y el partido comenzaba.
Ante la ausencia de Raúl Fernández por lesión, Paco Bazan tenía la gran oportunidad de convertirse en figura e ídolo de la U en este clásico pero el infortunio le jugó horrible: al primer remate le anotan, se lesiona y sale a los seis minutos de iniciado el encuentro. No cabe duda que el gran perdedor del clásico fue él. El gol tempranero de alianza – virtud de José Carlos Fernández –alteró a todos los hinchas cremas. La trinchera norte por un momento era una nevera, pero rápidamente volvían a alentar por el equipo. – Todo es cuestión de tiempo – me repetía mi primo mientras aplaudía y daba loas a Luis Llontop, tercer arquero crema y que nadie lo tenía en los planes, pero que al final seria el jugador más destacado del encuentro.
Los primeros 45’ tuvo mas golpes que buen fútbol, Montaño ya empezaba a jugar gratis – le metió un codazo a Antonio Gonzáles que todo el estadio vio menos el arbitro – Revoredo metía centros al arco iris, “Toñito” se inmolaba en el mediocampo, Solano no aparecía y Orejuela estaba perdido en ese mar de camisetas cremas y blanquiazules. Salvo ese remate que labarthe falla ante Forsyht tras pase de Ñol no hubo más que comentar. Lo bueno vendría después.
En el entretiempo las discusiones tácticas y debates empezaban en todos los lugares que veían el partido por TV igual que yo. Bares, restaurantes y casas ya especulaban con el resultado: empate o gana Alianza.
Empezaba el segundo tiempo y labarthe ya asustaba a todo Comando Sur con un violento remate que pasó rozando el arco aliancista. La U levanta su juego con el ingreso de Rainer Torres por Toñito Gonzáles – algo que pocos entendieron por que hasta ese momento era Gonzáles la figura crema - . Alianza retrocedía sus líneas apuntando al contragolpe, hecho que luego Gustavo Costas se arrepentiría luego. Pero el partido cambiaria de rumbo con la salida de Montaño por una lesión a la cadera tras chocar con esa mole de chocolate llamada Galliquio. Es allí que los cremas empiezan a apretar con centros pasados y puro toque en campo “grone” pero sin ese remate sorpresa de larga distancia que hubiera hecho que el clásico aumentara en goles.
Corría el minuto 83’ y mientras ya esperaba lo peor – y estoy seguro que la trinchera pensaba lo mismo - se cobra un tiro libre indirecto para la U. Entonces un rayo de esperanza entra al monumental: el pie derecho de Solano. Tiro sutil que más parece un pase con la mano y cabezazo letal de Labarthe. ¡GOLAZO! y la trinchera reventaba de éxtasis y jolgorio contagiando como si fuera la gripe “porcina” a todas las demás tribunas, menos la sur claro. Por supuesto mi casa no fue excepción de la celebración y también grite con el resto de mi familia - cremas a muerte como yo- y aunque quería una victoria el empate me dejaba conforme. Felizmente Solano y Alva hicieron caso omiso a mi conformidad mediocre y con una jugada igual que el gol del empate llega el desnivel en el marcador y con ello el partido soñado: volteada de partido y victoria por segunda vez en nuestro estadio, lleno en su totalidad. El monumental se volvía un griterío y el técnico Costas con sus gestos reflejaban su impotencia.
De nada servirían el ingreso de Wilmer Aguirre y Claudio Velásquez, Llontop se jugaba el partido de su vida y nada lo perturbo. ni los abucheos de comando ni la poca fe que le tenían, tapo de todo. el arbitro tocaba el silbato: fin del encuentro y celebración total. - para otra vez será cagón - gritaba la trinchera y yo.
esa alegria les duraría poco
firme candidato al titulo nacional
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