Para: Lesly
de: Un buen amigo
Hola querida amiga ¿Cómo estas? Espero que bien. Debe haberte dolido observar a tu madre llorar inconsolablemente cuando partiste de tu hogar tan prematuramente, sólo tenías veinte años, pero ella es fuerte y sabes que nunca estará sola, aun esta al lado de tus hermanos y contigo, a la distancia. Te cuento que sigo muy bien en la universidad, aunque los trabajos son tan difíciles y el tiempo es tan corto para realizarlos... ya imaginarás a mi madre jalándose el cabello por todo el dinero que está gastando en mis estudios, pero ella entiende que su esfuerzo e interés por mí no será en vano, te lo aseguro. Cuanto lamento no haberme despedido de ti, jamás pensé que te irías tan pronto; sin embargo creo que pude haberlo hecho, pero no tuve tiempo – sí, otra vez esa maldita palabra – y me duele no volverte a ver más. No sabes lo importante que fuiste para mí. Eras la única verdadera amiga que tenia en el barrio y la que mejor podía entenderme.
Sabes, esta carta la tenía prevista realizar hace mucho tiempo pero nunca la terminaba, o no tenía las palabras indicadas para mostrar todo lo que quería decirte. Yo aun no puedo creer que te fuiste, querida amiga, y a casi un mes de tu fallecimiento, te dedico este humilde “posteo”, pequeño y sencillo pero escrito con todo mi corazón.
Adios querida lesly, mi gran amiga, descansa en paz, yo siempre te recordaré y hoy me despido de ti esperando volver a vernos algún día. Ya sea en esta vida, o en otra.
