sábado, 26 de septiembre de 2009


COMO MALDIGO





Hace dos horas que escribí esto. No sé por qué, pero sentía algo en mí que me impulsaba a escribirlo. Espero que no te ofenda estas palabras mi querida amiga, solo que lo leerás a continuación son mis verdaderos sentimientos hacia ti claro. Yo aún recuerdo todo de ti. Tu mirada, tu sonrisa o tu hermoso cabello. Son recuerdos que se mantienen en una mente tan llena de asuntos y cosas bobas como la mía que algún momento desaparecerán, pero tú no. Y aunque te burles de mí quiero que sepas algo: como maldigo haberte conocido un año, cuando mi etapa escolar terminaba y por primera vez me enamoraba como un orate. Como maldigo no haber tenido fiesta de promoción y así haberte sacado a bailar y decirte lo que siento por ti. Como maldigo mentirte todos los días con el cuento de visitar a un amigo (ahora ya lo sabes) para poder acompañarte a tu casa. Como maldigo el momento que supe que tenías enamorado, y yo como un huevón confiado en tus palabras. Como maldigo haber perdido contra esa escoria – sí, ESCORIA - que ahora es tu novio. Como maldigo enterarme tan tarde que estabas embarazada cuando aun no terminabas la escuela. Como maldigo el momento el momento en que te despediste por última vez. Como maldigo que no te haya dicho nada cuando te vi pasar sola con tu hija, tan sola, tan triste. Como maldigo a los putos románticos. Como maldigo a las personas que no entienden lo que es el amor. Y tal vez, no lo sé, como maldigo que nunca leeras este escrito, tan imperfecto como este tarado que teclea esta nota por que sentia que tenía que hacerlo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

LLUVIA DORADA










Hay quienes la disfrutan, y muchos que simplemente gritan: ¡que asco! Dicen que los varones se hacen menos problemas que las mujeres, que es parte de un juego erótico y morboso para llegar al orgasmo deseado. Pero sin lugar a dudas, la urolagnia – o más conocido como “Lluvia Dorada” – es de las prácticas fetichistas más famosas y curiosas que se conocen.

Y hablamos de fetichismo cuando es una parafilia, es decir, que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un talismán u objeto fetiche, sustancia o parte del cuerpo en particular. Es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra actividad. Aunque se le considera una práctica inofensiva salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo, problemas a la persona que lo padece e incluso a terceros pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho. En este caso la urolagnia es una variación sexual que consiste en que una persona – sea varón o mujer – después de tener relaciones sexuales, y en pleno estado de excitación, micciona sobre su pareja. Alcanzando con esto el más alto grado de placer. No se trata necesariamente de beber la orina, pero hay quienes lo hacen sin problemas, lo habitual es que el trato sea recíproco.

Lo intrigante del asunto es las miles de formas en que se puede practicar la lluvia dorada. Algunas personas manifiestan que los “experimentos sexuales” que hacen con sus parejas es como romper con la rutina diaria y nada mejor – según sus opiniones – que practicar con la orina, un liquido que puede ser beneficioso o perjudicial según el caso.
Se le considera a la lluvia dorada como “el arte de ver orinar en público” por que precisamente eso es lo que hacen los urofilicos, cuya situación les habrá causado más de un inconveniente. Según los especialistas esta es de las prácticas fetichistas más extremas que puede rebasar lo sexualmente saludable. Incluso corre el riesgo de contraer sida si es que tu pareja tiene ese mal.
Otro problema que viene incluido con la “lluvia dorada” es la urofagia, que es cuando la persona ingesta la orina procedente de su pareja o la propia suya.A veces las personas la confunden con la orinoterapia pero se supone que los primeros lo harán por temas médicos y los segundos por excitación. Esta práctica también tiene un grado de peligrosidad por las posibilidades de infección. Puede también haber efectos secundarios, tales como erupciones de piel en los individuos sensibles a la orina.